Paola, 18 años, desertó del colegio a los 14 años por problemas económicos y familiares. Aunque estaba involucrada desde los 11 años en el programa de manualidades de los sábados en el Refugio Vida, fue en este momento que su vida empezó a cambiar, reemplazando malas amistades y los problemas de la calle por un ambiente completamente diferente. “Me recibieron súper bien y encontré paz y seguridad aquí. Es un lugar en La Carpio pero se siente como si no estuviera en La Carpio,” dijo Paola de sus primeras impresiones del Instituto Vida.
La directora del Instituto, Rocío Vargas, fue su primera profesora. “Ella pasó de ser una profesora a una amiga. Yo tenía alguien con quien conversar y contar mis problemas,” recuerda Paola. Ella también cuenta que los devocionales (que comparten todos los días antes del almuerzo) le ayudó mucho. “Cada día había un empujón para salir adelante.”
¡Ella ha sabido salir adelante! Terminó noveno año en el Instituto y recibió una beca del Instituto para terminar el bachillerato. También recibió una beca del programa del gobierno Empléate y en noviembre 2014 terminará un técnico especializado en soporte técnico en informática. “Esto va a ser un herramienta de apoyo para el futuro. Mis metas para el próximo año son reforzar mi inglés y hacer el examen de admisión a la universidad. Quiero estudiar terapia física.”
Paola ha encontrado una nueva esperanza para su vida en su tiempo estudiando y sirviendo en ReNuevos: “La palabra ReNuevos tiene un gran impacto en mi vida porque esto es lo que me pasó—vine aquí y fui renovada. Lo primero fue tener una relación cercana con Dios. También mis actitudes cambiaron mucho, antes era una persona muy burlista y muy orgullosa. Servir era la última cosa que pasaba por mi cabeza. Ahora amo servir en este lugar, uno aprende mucho a través de esto.”
Septiembre 25, 2015
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